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[Nota del Editor]:  Este ensayo fue escrito en Octubre del 2012 para un proposito diferente. Hemos dejado mucho del mismo sin tocar, haciendo cambios menores para hacerlo apropiado para este sitio.

Quien soy yo

Me llamo Carlos Antonio Suárez Pérez. Nací en la ciudad de México, tengo 51 años. Me gradué (1986) en La Universidad Anáhuac México Sur, una universidad católica. He vivido y visitado varios países alrededor del mundo, tanto en el continente americano, el Caribe, Asia y Europa. Soy miembro activo de la Organización Sri Sathya Sai Baba de México desde 1986 donde seguimos las enseñanzas de un maestro y guía espiritual de la India de nombre Bhagavan Sri Sathya Sai Baba, quién dejó su cuerpo en abril del año pasado y hacía mucho hincapié en la unidad de creencias y el respeto a todas las religiones.

Vivo en Cancún, Mexico, desde hace más de treinta años y he trabajado en diferentes lugares. Llevaba una vida sin tantas complicaciones, ya que soy soltero y sin hijos. Practicaba casi todos los días mi hobby favorito, que es el surf, en la especialidad de boggie board, también realizaba algunas labores de mantenimiento para sostener mis gastos. Tomo parte en diferentes actividades espirituales en el Centro Sai Baba de Cancún.

Quiero compartir un poco sobre como llego a Haití, donde coordino un programa para la Organización Sathya Sai para alimentar a niños que viven en condiciones muy difíciles.

Como me involucro

En el Primer encuentro regional que se realizó en la zona sureste Cancún, los días 15 y 16 de octubre del 2011, platique con algunos integrantes del Consejo Central sobre su experiencia vivida en Haití, recién pasado el terremoto de hace un poco más de dos años. Me comentaron que la Fundación Mundial Sri Sathya Sai estaba patrocinando un Programa de servicio para la alimentación de niños que viven en condiciones muy difíciles. Sugirieron recomendarme de participar para este programa en especial ya que tuve la oportunidad de haber sido Coordinador Nacional de Servicio de la Organización Sri Sathya Sai de México. Automáticamente acepté, sentí que sería algo que yo podría hacer sin el menor inconveniente.

Mi vida empezó inmediatamente a cambiar. Todos los días solo pensaba en este programa de Haiti. Ellos empezaron los trámites para ayudarme a ir a Haití, y en el mes de noviembre me empezaron a llegar los correos de las personas encargadas de coordinar este programa. Me comentaron que podría integrarme al programa para diciembre o enero.Volé a Puerto Príncipe, Haití, en enero del 2012, gracias a la ayuda de diferentes amistades en Cancún.

Un abrir de ojos

Las personas encargadas del programa de servicio me recibieron en el aeropuerto. En el tour que hicimos antes de llegar a la casa de operaciones fue como un abrir de ojos para mi, al ver las condiciones en las que se encontraba Puerto Principe; por primera vez. La mayoría de las calles no tienen pavimento y luz. En mis primeros días, caminando desde donde vivo al programa de servicio, pude ver más las condiciones reales del lugar.

La hermana Rosa Santiago, de México, me dio un entrenamiento intensivo en supervisión y coordnacion del programa de alimentación, y estoy muy agradecido con Dios de haber permitido ponerla en mi camino. Ella estaba por regresar a Méxic o habiendo ya hecho una gran labor por estas tierras.

Después de dos semanas de haber llegado, empecé a coordinar todo el Programa. No fue nada fácil ya que los haitianos tienen una manera diferente de pensar y hacer las cosas. Me ha costado mucho trabajo entender su idioma, creole, que es como un francés mal hablado. Desde el comienzo, el hermano Shanty Podel, quien es un reportero Nepalí, ha sido de mucha ayuda.

Despues de nueve meses en Haití, creo que finalmente me he adaptado.

Nues tro trabajo

Cada día, excepto los domingos, el cual es nuestro día de descanso, comenzamos a preparar la comida a las 6:00 A.M. y se termina antes de las 4 pm. Ya me acostumbré a levantarme desde antes de las 6, hacer mi meditación y mi lectura matinal del Yoga Vasishtha (libro sagrado muy recomendado para los aspirantes espirituales). A las 6 am recibo a los colaboradores y verifico que tengan todo lo necesario para empezar a elaborar los alimentos (vegetales, granos, instrumentos de trabajo, gas, etc.). El trabajo incluye comprar los alimentos, ir al banco, llevar las cuentas de todo el dinero que se usa y mandar mensajes a todas las personas involucradas.

Una vez terminada la comida, aproximadamente antes de las 12 del medio día, salimos a distribuirla por diferentes campamentos y lugares donde se les da de comer a los niños. Para mi, es el momento más importante, cuando veo los rostros de los niños. Su alegría me da fuerza para hacer todo lo necesario. Cada día les cambiamos el menú. Por las tardes y noches, realizo las cuentas y reportes.

Preparamos 3,000 porciones de comida diarias. Las cosas de una manera milagrosa funcionan por la gracia divina ya que no es fácil poder conseguir todo lo que se necesita para la elaboración de los alimentos en este lugar. Algunas veces hay escasez de gasolina, gas, o agua, y continuamente hay cortes de luz, mismos que afectan en los precios ya que varían constantemente, además hay que tener suerte para encontrarlos.

Por citar algunos ejemplos de los problemas a los que frecuentemente tenemos que enfrentar, menciono lo siguiente: (1) tengo que mandar voluntarios a compra los vegetales porque el mercado es muy peligroso para extranjeros. Así que tengo que confiar en las personas que envío en que sean honestos con lo que gastan. (2) Cada lugar tiene sus precios de gas propano, y continuamente hay escasez tanto de gas como de gasolina. (3) Tengo a mi cargo una camioneta que nos facilitaron los hermanos de República Dominicana donde cada mes y medio tengo que ir a la frontera para renovar el permiso pagando US$90.00. (4) En tiempos de lluvia se dificulta la entrega de los alimentos por las condiciones en que se encuentran las calles - la mayoría no cuentan con pavimentación y tienen grandes hoyos. (5) He ido aprendiendo a moverme por estas tierras, pero siempre tengo que estar acompañado de algún haitiano para no tener problemas y más por no hablar el idioma.

Me aseguro de que todos estos problemas no afecten el servicio. El esfuerzo vale la pena. Solo ver contentos a los niños cuando reciben su alimento – ese es salario. Los niños dan las gracias y sonríen - es más que suficiente para que cada día me levante a continuar esta labor.

Por favor vean el video “Narayana Seva Haití with Carlos Charley“ para que tengan una visual de lo que aquí hcemos. Tambien pueden ver el video en youtube “Tropical Storm ISAAC Sai Service Narayana Seva Haití”. Muchas personas ven esto y me animan; otros, me critican. Pero lo que nadie sabe es todo lo que hay detrás de cada foto o vídeo.Son tantas cosas que uno no puede imaginar hasta que se viven personalmente, conviviendo con estos niños y dar vueltas tomando fotos con estos angelitos.

En fin, estoy muy contento de ayudar a esta gente que tanto lo necesita a pesar del sacrificio de estar en un país diferente, sin ningún familiar, y con una población que es tan diferente de mi. Gracias a Shanti, quien es reportero y tambien colaborador, tenemos mucho contacto con personal de la ONU, principalmente con los que son de India y Nepal, con los que tenemos una gran relación de hermandad. Ellos están en una misión por la estabilidad del pueblo haitiano.

Conociendo otros Mexicanos

El pasado 30 de abril fui invitado a una cena con los miembros de la comunidad mexicana en la Residencia de la Embajada de México, organizado por el Embajador Luis Manuel López Moreno y su Señora Esposa Cristina Pagés de López. Tuve que explicar a la embajada la razón por la cual estoy en Haití por cualquier cosa que se pueda ofrecer. Al evento asistieron personas muy importantes que viven en Haití, así como el equipo de colaboradores de la presidencia de mi país. Me dio mucha alegría enterarme que el Presidente Felipe Calderón venía aunque sea por poco tiempo, y de una u otra forma a poner en alto la ayuda con la que siempre México se ha caracterizado haciendo algunas actividades que ayudan a este país que, si no es el más pobre, es uno de los más pobres en todo el mundo.

En la cena, tuve la oportunidad de conocer algunos de sus colaboradores con quienes intercambiamos interesantes puntos de vista, y me daría mucho gusto poderlos apoyar mas y ayudarlos a ver la realidad en la que viven muchos haitianos, de manera que puedan hacer cosas buenas pora los haitianos en el futuro. Pienso que esto que pasa en Haití es un ejemplo de que el futuro es incierto a menos que empezemos a cambiar nuestra conciencia y siempre ayudar a las personas que realmente lo necesitan.

Additional Info

 

Quiero agradecer a la Universidad Anahuac Sur por enseñarme cada día a ser un mejor ser humano.

Un abrazo fraternal a todos los que tengan la oportunidad de leer este humilde mensaje. Estoy abierto a sus comentarios, sugerencias y recomendaciones.

Aquí esta el video de youtube “Tropical Storm ISAAC Sai Service Narayana Seva Haiti”

Carlos Antonio Suárez Pérez. casp1905@hotmail.com

LOVE ALL, SERVE ALL

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Here are two other stories of selfless Sai service in Haiti:

Sathya Sai Center of Bethesda, Maryland, USA
http://sailoveinaction.org/project/HaitiReliefBethesdaMD

Sathya Sai Center of Des Moines, Indiana, USA
http://sailoveinaction.org/project/Service-Experiences-In-Haiti-Des-Moines-IA-USA

Keywords

Sathya Sai Center of Cancun, Mexico | Haiti Earthquake of 2010 | humanitarian service in Haiti | Sai Organization of Latin America | Carlos Antonio Suárez Pérez

Project Details

Project start: 01/01/12

Project completion:

Stage of development:

Zone name: Latin America and Puerto Rico

Lat/Longitude: 21° 9' N -86° 50' W

Affiliation: Sathya Sai Center of Cancún

Service category: Meal preparation/delivery

Author: Carlos Antonio Suárez Pérez

Project leader: Carlos Antonio Suárez Pérez